Segundo volumen del ya célebre compendio biográfico (y axiomático) de místicos de Melloni. En este ocasión, agrupa místicos declarados y otros que, omitiendo dicha calificación tantearon por los terrenos de la mística sin advertirla. Algunos de los fragmentos que considero tienen más poder sugestivo en la obra, por orden de aparición de autor:
Angelus Silesius:
La sutil divinidad es una nada y menos que nada.
Hombre, ¡créeme!, quien ve nada en todo, este ve. (i, 111)
Oramos: mi Señor y Dios, ¡que se haga tu voluntad!
Y mira: Él no tiene voluntad. Él es sosiego eterno. (i, 294)
Hölderlin:
El Padre cubre nuestros ojos
con la noche sagrada,
y así debemos mantenernos. (Dichterberuf)
Dostoievsky:
Un día, empezó a pedir perdón a los pájaros:
—Pájaros de Dios, alegres pájaros: perdonadme, pues también contra vosotros he pecado.
Nosotros no lo comprendíamos. Él lloraba de alegría.
—La gloria de Dios me rodeaba: los pájaros, los árboles, los prados, el cielo. Y yo llevaba una vida vergonzosa, insultando a la creación, sin ver su belleza ni su gloria.
—Exageras tus pecados —suspiraba a veces su madre.
—Lloro de alegría, no de pesar. Quiero ser culpable ante ellos...
No sé cómo explicártelo... Si he pecado contra todos, todos me perdonarán y esto será el paraíso. ¿Acaso no estoy ya en él? (...). El Verbo es para todos. Todas las criaturas, hasta la más insignificante hoja, aspiran al verbo y cantan la gloria de Dios, y se lamentan inconscientemente ante Cristo. Este es el misterio de la existencia sin pecado
Tolstoi:
Solo vivo verdaderamente cuando siento a Dios y le busco (…). Conocer a Dios y vivir son la misma cosa:
Rilke:
Dios habla a cada cual solo antes de crearlo;
luego sale, callado, con él desde la noche.
Mas las palabras de antes que cada uno comience,
esas palabras nebulosas son:
Enviado al exterior por tus sentidos,
vete hasta el límite de tu ansia;
dame con qué vestirme. (El Libro de Horas)
Pues lo hermoso no es otra cosa
que el comienzo de lo terrible
en un grado que todavía podemos soportar
y si lo admiramos tanto es solo porque, indiferente,
rehúsa aniquilarnos. Todo ángel es terrible.
(Elegías de Duino, I)
Etty Hillesum:
Sí, Dios mío, parece que Tú no puedes hacer mucho para modificar las circunstancias actuales, sino que también ellas forman parte de esta vida. Yo no inculpo tu responsabilidad, más tarde serás Tú el que nos declares responsables a nosotros. Y casi a cada latido de mi corazón crece en mí la certeza: Tú no puedes ayudarnos, sino que nos corresponde a nosotros ayudarte a Ti, defender hasta el fin tu casa dentro de nosotros.
0 Comentarios